En declaraciones a Servimedia, Oria negó que los sucesos ocurridos tuvieran su origen en un brote racista. Por el contrario, afirmó que en la localidad que gobierna "no había ni hay grandes problemas" en materia de convivencia entre los lugareños y la población trabajadra inmigrante.

Explicó el alcalde de Lepe que "lo que pasó el sábado pasado fue una pelea en una discoteca entre marroquíes y que, como consecuencia del lanzamiento de un vaso de cristal, resultó accidentalmente herido un joven del pueblo".

A raíz de este hecho, los amigos del lesionado se enzarzaron a su vez en una pelea con los amigos del marroquí que habría lanzado el mencionado vaso.

El problema se agravó al día siguiente, domingo, cuando los amigos del joven herido tuvieron conocimientode su empeoramiento, por cuanto, al parecer, va a perder la visión en un ojo. Entonces, emprendieron una especie de batida por la localidad en busca del autor del incidente, ocasionando los daños materiales conocidos.

A juicio del alcalde de Lepe, que en todo momento habló de clima de normalidad en el pueblo, el asunto se agravó cuando la noche del domingo llegó a la población "la Guardia Civil, de la que casi nunca tenemos conocimiento por esta zona, y en plan ejército tomó el pueblo".

Explicó Oia que la presencia masiva de agentes del instituto armado creó tensión entre los habitantes de la localidad onubense. A eso, apuntó, se añade "una declaraciones que hace el subdelegado, que no debe ser tampoco muy inteligente, diciendo que (los jóvenes del pueblo) se habían constituido en patrullas callejeras, pero lo cierto y verdad es que en el pueblo está la gente tranquila y bien".

"Si el subdelegado del Gobierno no dice que se constituyen patrullas callejeras", agregó, "no pasa absolutamente nad, pero los medios de comunicación recogieron sus declaraciones y se ha montado todo, hasta hablar de racismo y xenofobia".