EL ALCALDE DE CALAÑAS (HUELVA) RECONOCE QUE LA PLANTA DE DESECHOS TOXICOS NO PRODUCIRA "AGUA DE ROSAS"
El texto se ha copiado correctamente en el portapapeles
El alcalde de Calañas (Huelva), Manuel Sánchez Díaz, ha reconocido que los desechos a tratar en la planta de residuos tóxicos que está previsto construir en su térmno municipal no serán "agua de rosas", aunque agregó que "todo progreso debe conllevar un mínimo riesgo".
No obstante, el edil dijo que, si se demuestra que este depósito puede dañar a la población y al medio ambiente, como temen los ecologistas, no permitirá su construcción.
Sánchez Díaz justificó su apoyo inicial a la construcción de la planta por la creación de 90 puestos de trabajo en la zona, que, desde hace años, registra altos niveles de desempleo.
Asimismo, el alcalde negó que, como seguran los ecologistas, este depósito de residuos tóxicos vaya a construirse a tan sólo dos kilómetros de distancia de la población o que en la planta se vayan a tratar 130.000 toneladas de desechos al año.
"La planta estará más lejos de la población y actualmente tan sólo se contempla que puedan tratarse 80.000 toneladas. No sé si los ecologistas aseguran esto por desconocimiento del tema o por otras causas", dijo.
Sánchez Díaz destacó que "no creo que este depósito vaya a traer más problemas d contaminación al Odiel de los que ya tiene", en referencia a los vertidos industriales que se realizan a este río.
Por su parte, la Coordinadora Ecologista de Huelva (CEH) denunció la semana pasada que con esta planta Andalucía podría convertirse en "el basurero de la CE".
El presidente de esta organización, Juan Romero, expresó su preocupación por la toxicidad de los residuos industriales a tratar en este depósito y mostró su temor de que los mismos puedan provocar algunos daños a la poblaciónal medio ambiente de la zona.
Según el alcalde de Calañas, el proyecto se encuentra actualmente en fase de estudio por parte de la Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Junta de Andalucía.
Mientras, los vecinos de la localidad onubense están divididos entre los que temen por los daños que la planta pueda provocar y los que abogan por la creación de puestos de trabajo, aunque también los hay que reaccionan con total indiferencia.
(SERVIMEDIA)
21 Oct 1993
L