Sahara
Albares niega "un giro de 180 grados" en la posición de España sobre el Sahara
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El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, negó este miércoles que el Gobierno haya dado “un giro de 180 grados” y que haya adoptado “una nueva posición tomada unilateralmente” sobre el Sahara.
Según Albares, después de 46 años “ha llegado la hora de pasar a la acción para contribuir precisamente a esa solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas, no hay variación, es más, yo diría que no la puede haber”.
Así lo afirmó en su comparecencia, a petición propia, en la Comisión de Asuntos Exteriores para explicar la nueva etapa de las relaciones con Rabat, durante la que destacó la importancia “de la hoja de ruta que empezaremos a diseñar el 1 de abril”.
El titular de Exteriores señaló que “el objetivo del Gobierno ha sido, no solo poner fin a la crisis, sino iniciar una nueva etapa que ha empezado a esbozarse”, que se definirá más en su visita oficial y que “continuará con la visita del presidente del Gobierno”.
Albares subrayó que “a lo largo de estos meses” de negociación con Rabat, el objetivo del Gobierno era defender “los intereses de los españoles, los intereses económicos, los intereses de seguridad y restablecer sus lazos humanos”. Para el ministro, además, lo que busca el acuerdo “es terminar con las mafias que trafican con seres humanos que ponen presión migratoria sobre nuestros dos países”, con “el drama humano que en lo que lleva de año ha costado la vida a 1.000 personas y solo en la ruta canaria”.
LA ÚLTIMA CRISIS
Según el jefe de la Cancillería, “reforzar la seguridad y la estabilidad de nuestros dos países” no es posible “sin una conectividad”, y confió en ser “el último ministro de Asuntos Exteriores que se tiene que enfrentar a una nueva crisis con Marruecos”.
En la cuestión del Sahara, negó que el Gobierno haya dado “un giro de un 180 grados” o adoptado “una nueva posición tomada unilateralmente”. Según Albares, después de 46 años “ha llegado la hora de pasar a la acción para contribuir precisamente a esa solución mutuamente aceptable en el marco de Naciones Unidas, no hay variación, es más, yo diría que no la puede haber”.
José Manuel Albares negó, frente a lo manifestado por todos los grupos, salvo el PSOE, que haya una nueva posición con respecto al Sahara o de una posición unilateral. El ministro aseguró que “una nueva posición no puede ser, porque el plan de autonomía lo recibe José Luis Rodríguez Zapatero en La Moncloa” en 2007.
Y en la misma línea aseguró que Zapatero “saludó y le dio la bienvenida” a ese plan de autonomía “y esa fue la posición de su Gobierno”, y añadió que “también fue la posición de su ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos”. Además, repitió que se trata de una posición “muy similar a la de países como Francia y Alemania, que tienen el mismo objetivo que España, encontrar una solución mutuamente aceptable “para resolver la situación del Sahara Occidental.
RECHAZO DE LOS GRUPOS
Todos los grupos parlamentarios en la Comisión de Exteriores dieron la espalda a la postura del Ejecutivo de adoptar la propuesta de autonomía planteada por Marruecos en 2007. El diputado de Foro Asturias Isidro Martínez Oblanca acusó al Gobierno de comprometer “un cambio radical en la posición de España respecto al Sahara Occidental”, un “territorio y sus habitantes con los que estamos vinculados” y sobre los que “ahora se aplica un inesperado giro copernicano” que, deslizó, “coincide con la evolución judicial del denominado 'caso Ghali', que mantiene como investigada a la exministra González Laya”.
El diputado de la CUP Albert Botran aseguró que “el Estado español se ha comportado como una de las peores potencias coloniales” con el Sahara, ya que “tenía la responsabilidad como potencia administradora de aplicar el derecho a la autodeterminación a un territorio que todavía no se ha descolonizado”.
En la misma línea, el portavoz de EH Bildu Jon Iñarritu señaló que consideraba lógico que España “tenga una relación cordial y de vecindad con un Estado vecino”, pero lamentó que el Gobierno haya decidido “vender al pueblo saharaui de esta manera” y subrayó que “España no es un actor más, no es Francia, no es Alemania, es la fuerza ocupante 'de iure', la fuerza de administradora 'de iure' de esa colonia”.
Por parte del PNV, Aitor Esteban cargó duramente contra la decisión adoptada por el Gobierno con respecto al Sahara. En primer lugar, señaló al ministro que “aquí se viene antes, no después, se viene antes a contar las cosas”. Esteban rechazó las afirmaciones de Albares sobre la búsqueda de una solución aceptable para Marruecos y el Sahara, ya que consideró que el Ejecutivo “se ha puesto de una parte, porque la oferta de 2007 solo permite optar entre autonomía o nada”, y descartar “un referéndum en el que puede optarse también por la independencia o por otra decisión que tomen los saharauis”.
SILENCIO SOBRE ARGELIA
Carmen Martínez Granados, de Ciudadanos, preguntó sin éxito a José Manuel Albares si “mantuvieron contacto con el gobierno argelino” previo al acuerdo con Marruecos “para asegurar que las decisiones tomadas sobre el Sahara Occidental no afectaban a las relaciones bilaterales”, ya que “nos encontramos en un momento muy difícil” en el ámbito energético.
El diputado del PDeCAT Sergi Miquel puso en duda que el Gobierno hubiese tenido en cuenta a todas las partes cuando anunció que su postura era la búsqueda de una solución “aceptable para todas las partes” con respecto al Sahara. “Imagino que considera que Argelia es parte, que el Polisario es parte y que el pueblo saharaui, en definitiva, es parte”, afirmó.
La diputada de Junts per Catalunya Mariona Illamola lamentó que el titular de Exteriores hubiese sido tan informativo sobre el conflicto de Ucrania “que está a miles de kilómetros” y en cambio “en un tema que está a pocos kilómetros” como el Sahara, “que sabe que es un tema sensible para la mayor parte de los ciudadanos españoles”, a los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores “no nos informan de nada, no nos dicen nada, algo que no entendemos”.
Desde ERC, Marta Rosique señaló a Albares que “avalar la propuesta marroquí de autonomía es rechazar la posibilidad de celebrar un referéndum de autodeterminación en el Sahara Occidental” y supone “avalar la ocupación marroquí” del territorio saharaui.
Gerardo Pisarello, diputado de Unidas Podemos, afirmó que la posición adoptada por el Ejecutivo sobre el Sahara “implica apartarse de forma inequívoca de la legalidad internacional”, ya que, en su opinión, “supondría primero que el Sahara renuncia a la soberanía sobre los fosfatos y los bancos de pesca”, algo que “contradice la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de septiembre de 2001” y “colocarse de forma tan marcada con una de las partes del conflicto no va a ayudar a que España vaya a influir en la región”.
El portavoz de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, denunció “la manera en la que se ha gestado todo este despropósito”, en una maniobra que tachó de “insólita”, en la que el Ejecutivo “lo ha hecho todo ocultando sus intenciones a los profesionales del Ministerio de Asuntos Exteriores, al resto de fuerzas políticas, al resto de su propio Gobierno, e incluso al resto de países implicados”.
La portavoz del PP, Valentina Martínez Ferro, dijo al ministro que llegó al cargo el pasado mes de julio “con la principal tarea de solucionar una profunda crisis con Marruecos”, gracias a “su condición de diplomático de carrera, con una experiencia muy acreditada”, pero “ha empeorado todo lo que era muy difícil de empeorar”, y “de una crisis, ha sacado tres y cometiendo el mismo patrón, la mentira y la ocultación”.
Martínez Ferro lamentó que el viernes “nos encontramos con que deciden cambiar 47 años de consenso, en uno de los pilares fundamentales de nuestra política exterior, la posición sobre el Sahara Occidental”. Y pidió a Albares que “no insista en que todo este cambio de posición se enmarca en el proceso de Naciones Unidas, porque esto es falso”.
En su opinión, “la última resolución de Naciones Unidas del 2021 habla de la necesidad de alcanzar una solución política a la cuestión del Sáhara Occidental, aceptable por todas las parte”, pero en la carta remitida por el presidente del Gobierno al monarca marroquí “lo que se dice es que España considera la propuesta marroquí de autonomía” como “la base más seria, creíble y realista para la solución” de la cuestión saharaui.
(SERVIMEDIA)
23 Mar 2022
MGN/clc