La estrategia, según Cobernet, uno de los llamados Centros Profesionales de Airtel (CPA), que sirve de intermediario entre la compañía de telefonía móvil y la red capilar de distribuidores de sus servicios, se basa en una revisión de los contratos de distribución que muchos ya han aceptado, pero algunos centros en imprtantes capitales, como Cobernet, se niegan a rubricar.

Según Carlos Lluch, portavoz de Cobernet, Airtel ha aplicado presiones a sus distribuidores y en el caso de su empresa la tensión ha llevado a la operadora a rescindir el contrato. Ahora, la firma comercial prepara una batería de argumentos legales para demandar en los tribunales a Airtel en las próximas semanas.

Lluch explicó a Servimedia que mientras la mayoría de los distribuidores esperan compensaciones económicas por la ofensiva comercil de finales de 1996 -basada en el regalo de terminales-, la operadora "se descolgó a comienzos del 97 con la revisión de los contratos, estableciendo nuevas condiciones leoninas que anulan dichas contraprestaciones".

Aunque el responsable de Cobernet, una de las 100 distribuidoras de Airtel, no precisó el perjuicio económico causado, sí apuntó que el 90% del coste generado por el regalo de terminales recayó sobre la red de distribución, ya que la operadora reducía entre un 90% y un 100% las comisione que pagaba por las altas de servicio.

Por su parte, fuentes de Airtel indicaron que no entrarán en polémicas con Cobernet y señalaron que esta firma es la única que ha planteado problemas con el programa de renovación de contratos, ya que "todo el mundo ha firmado", al tiempo que devolvieron la acusación de "incumplimiento de contrato a la propia distribuidora".