Con esta declaración, el consorcio de telecomunicaciones sale al paso de las informaciones que dan cuenta de la presentación de una demana en un juzgado malagueño por un empresario local, reclamando a Airtel un total de 1.539 millones de peseas por utilizar esta denominación, que dice tenerla registrada a su nombre.

Según la información facilitada por Airtel, Juan Manuel Aragón Sánchez es propietario de Airtel S.L., una empresa que se encuentra en situación legal de quiebra desde el cierre de su primer ejercicio social (1990), y en la supuesta obligación de disolverse por razón de su patrimonio negativo.

Además, el grupo de telecounicaciones da cuenta de un informe de gestión de la empresa malagueña con fecha de 1992, en el que se puso de manifiesto su carencia total de actividad y de personal, y señala que su responsable ha impedido conocer la situación patrimonial de la firma después de imcumplir el depósito, en plazo, de sus cuentas anuales correspondientes a 1993.

Tras dar cuenta de la situación financiera de su demandante, Airtel reconoce la existencia de una reunión con él, en la que éste reclamó al grupo de elefonía móvl la cantidad de 1.539 millones de peseas, canidad que contrasta con su facurtación de 3,9 millones en 1991 y 1,3 millones en 1992.

Frente a estos argumentos, el dueño de la empresa auxiliar de telecomunicaciones Airtel S.L. ha logrado por ahora que el juzgado de la ciudad andaluza admita a rámite su demanda, en la que se pide la pohibición cautelar del uso de la marca Airtel por el grupo Alianza Internacional de Telecomunicaciones, que prrevé estrenar la compeencia con Telefónica el próximo día 3 de ctubre.

Juan Manuel Aragón argumenta en su defensa que la marca fue inscrita por él en el Registro Mercantil en junio de 1990, que su uso como marca comerciial desde entonces es suficiente para hacer nula e invalidar la inscripción de Airtel S.A. en el registro de Patentes y Marcas en junio de 1994.

Además, la demanda llega más lejos, ya que solicita la prohibición de usar la marca en otro tipo de productos que no sean los servicios de telecomunicaciones, como tabaco, juguetes o productos agrícols, que es lo que pèrseguía asegurarse Airtel S.A. solicitando el mismo registro para esas finalidades, aunque aún no le ha sido concedido.