ASPAYM premia cada año la sensiblidad de aquellas personas, empresas e instituciones que, guiadas por la solidaridad como principio conexionador de la convivencia, apuestan por la integración de las personas discapacitadas.

Los premios nacionales de ASPAYM han recaído también sobre la Fundación ONCE, el Gobierno regional de Castilla La Mancha y los ayuntamientos de Albacete y Valencia.

Además, la asociación concede premios locales en la provincia de Toledo, donde tiene susede. En esta ocasión, ASPAYM ha distinguido a la residencia universitaria Tomás y Valiente y a los ayuntamientos de Santa Olalla y Alameda de la Sagra.

Según el presidente nacional de ASPAYM, Alberto de Pinto, el fin de los premios es motrar ejemplos a la sociedad para estimular a otras personas, empresas o instituciones a que continúen trabajando por hacer accesibles las ciudadoes y espacios públicos.

Para el secretario general de la federación, Francisco Vañó, la eliminación de barreras arquitctónicas es un compromiso ético que obliga a la iniciativa pública y privada a aplicar actuaciones positivas a favor de los colectivos más desfavorecidos.