Italia devolvió a Ali Ben Sassi Toumi a Túnez el pasado domingo, a pesar de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos para suspender el proceso de expulsión hasta que se determine que este ciudadano está libre de torturas u otros malos tratos en su país.

Toumi, de 44 años, casado con una italiana y padre de tres hijos, fue condenado a seis años de prisión en Italia por pertenecer a una célula de Al-Qaeda, y las autoridades del país transalpino decidieron expulsarle porque constituía una amenaza para la seguridad nacional.

Según AI, Toumi envió un mensaje SMS a su esposa cuando llegó al aeropuerto de Túnez tras ser expulsado, pero fue detenido en su país cuando un amigo lo esperaba para recogerle. Desde entonces, añadió Amnistía, su familia no tiene noticias sobre su paradero y posiblemente se encuentre en régimen de incomunicación y con riesgo de tortura y otros malos tratos.

Se trata del tercer sospechoso de terrorista que el Gobierno de Silvio Berlusconi ha devuelto a Túnez en los últimos 20 meses y, según HRW, supone una violación más de las 10 órdenes dictadas por el Tribunal Europeo de Derechos Humanos para que Italia suspenda estas deportaciones.

Letta Tayler, investigadora de HRW en la lucha contra el terrorismo, afirmó que "Italia ha demostrado, una vez más, su absoluto desprecio por las obligaciones internacionales de derechos humanos", y apuntó que "cualquier abuso que Toumi sufra en Túnez es también responsabilidad de Italia".

Según HRW, la abogada de Toumi, Bárbara Manara, afirmó que su defendido subió al techo del centro de detención donde se encontraba y amenazó con suicidarse cuando las autoridades le informaron el pasado sábado de que sería deportado a su país.