Moreno hizo estas afirmaciones en las Primeras Jornadas Internacionales sobre Intervención Sindical en Drogodependencias, organizadas en Madrid por CCOO en colaboración con la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional de Drogas y Cajamadrid.

El dirigente de CCOO aseguró que existen "factores de tensión psicosocial" en elmedio de trabajo que contribuyen al "escapismo" del consumo de alcohol y drogas, y que se han visto alimentados por la "acelerada fase de cambios tecnológicos y la ofensiva liberal conservadora".

Citó, entre esos factores, la precariedad en el empleo, los trabajos a turnos, las reconversiones industriales no pactadas, la movilidad laboral, la separación de la familia, los altos ritmos de trabajo y el debilitamiento de las instituciones de protección social.

Moreno reclamó la derogación del artícuo 54.2 del Estatuto de los Trabajadores, que faculta a los empresarios para despedir a los empleados alcohólicos o drogadictos, por entender que crea una situación de "ocultismo" que impide resolver el problema.

Propuso como alternativa la baja médica de los afectados y la inclusión de planes de drogodependencias en los convenios colectivos de las empresas, con fondos aportados por ellas mismas y con financiación institucional en caso necesario.

A este respecto, una encuesta realizada por CCOO enre 325 empresas de toda España, y que fue presentada en estas jornadas, muetra que el 49 por cien de los servicios médicos de empresa son partidarios de la derogación del citado artículo del Estatuto de los Trabajadores y un 81 por cien sugiere como alternativa la baja laboral del drogadicto.

La misma posición es defendida por un 85 por ciento de las representantes de los trabajadores en dichas empresas, y por el 68 por cien de los directivos entrevistados. Sin embargo, sólo un 43 por cien de las emprsas estaría dispuesta a contratar a un ex alcohólico y un 38 por cien a un ex drogadicto.

"ECHAR LEÑA AL FUEGO DEL RACISMO"

Por otra parte, Moreno acusó al secretario de Estado de Seguridad, Rafael Vera, de "echar leña al fuego del racismo" al declarar que el 70 por ciento de las pequeñas redes de tráfico de drogas están controladas por los gitanos.

Moreno recalcó que la drogodependencia es también una "enfermedad social" cuya solución requiere de medidas igualmente sociales, como las mejoras d las condiciones de empleo y de vivienda y una Ley de Salud Laboral "progresista".

Señaló finalmente que las soluciones represivas contra la droga han demostrado su ineficacia, razón por la criticó el proyecto de Ley de Seguridad Ciudadana, al que acusó de estimular "los instintos más conservadores de la sociedad".