AGUSTIN GARCIA CALVO ASEGURA QUE SUS DETRACTORES QUERRIAN QUE UN ANARQUISTA FUERA MISERABLE, PIOJOSO Y BOHEMIO
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El filólogo Agustín García Calvo, conocido por su disidencia del Esado, publica hoy en "El País" un artículo en el que, en tercera persona, se refiere a la polémica suscitada por su petición a mediados de agosto de que "algún mecenas generoso" cubriese la deuda de diez millones y medio que tenía con Hacienda por no haber hecho nunca la Declaración de la Renta.
Refiriéndose a quienes han criticado su actitud, García Calvo afirma que "ellos querrían que un anarquista, ya que tenga que haberlos, fuera miserable, piojoso, bohemio, pintoresco, drogota, enloquecido y febriitante de hambre y frío, y mejor que todo, naturalmente, muerto, muerto como Sacco y Vanzetti".
En su pliego de descargos, el que fuera catedrático represaliado de la Universidad Complutense, junto a Enrique Tierno Galván y José Luis López Aranguren, repasa las críticas que se han vertido contra él en estos días.
"En los años que era catedrático, el Fisco le retiraba sin pedir permiso el 27 por ciento de su salario", asegura, "los cuarenta libros que se han vendido en modestas cantidades, no nos an rendido beneficio dinerario alguno", y señala que por el himno de Madrid, compuesto a medias por él y Pablo Sorozábal, sólo le cobraron al Gobierno autonómico una peseta simbólica, luego no se puede contabilizar como ingresos.
Desde que se publicase su demanda de auxilio financiero para hacer frente a la persecución tributaria, los periódicos han recogido numerosos artículos a favor y en contra del profesor ácrata, e incluso se produjo en los Cursos de Verano de El Escorial un manifiesto de intelecuales que se solidarizaban con él y pedían que fuera el Ministerio de Cultura quien sufragase la deuda.
Entre los que han mostrado su respaldo a García Calvo figuran, dentro del grupo de firmantes del manifiesto de El Escorial, José Luis López Aranguren, Javier Muguerza, Fernando Sánchez Dragó, Carlos Gurméndez y José Vidal Beneyto. También destaca la columna de Andrés Aberasturi en "El Mundo", en la que le ofrecía "unos durillos que acabo de cobrar por un programa sobre cosas paranormales, porque el inero que se gana con cosas raras conviene dedicarlo a cosas raras".
En contra se ha manifestado, entre otros, Juan José Millás, que escribió en "El País": "Yo no sé si está bien abominar del Estado cuando se le debe tanto: si uno se aficiona a dar sermones, al final es imposible no caer en la tentación de pasar el cepillo".
También en "El País", Jorge Martínez Reverte publicó bajo el título "La cara de García" una columna en la que arremetía contra "los que se suben al carro y dicen que ya está ien, que García tiene razón, que qué es eso de pagar a Hacienda, y a los que hemos pagado siempre a Hacienda nos dejan contra las cuerdas".
Alvaro Pombo escribió en "El Mundo" un artículo titulado "García Calvo: ¿Víctima o cantamañanas?", en el que, entre otras cosas, decía que "cualquier español que vive y trabaja en España -en una sociedad abierta, democrática- entiende que pagar impuestos es una de sus obligaciones".
(SERVIMEDIA)
03 Sep 1993
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