Aguiriano indicó que no hay ninguna noticia nueva respecto al secuestro de José María Aldaya, que hoy cumple 133 días en manos de ETA, pero aseguró que las Fuerzas de Seguridad del Estado hacen "todo lo posible e imaginable" para tratar de localizarle, por lo que confió en que "un día haya suerte".

El delegado gubernamenta hizo un llamamiento a los ciudadanos para que no caigan "en la rutina de aceptar como hechos consumados una situación de violencia específica o que la violencia sea la rutina cotidiana del País Vasco".

A juicio de Aguiriano, "es hora de que los partidos políticos y la sociedad despierten, porque entre todos y con la movilización esencial de la sociedad es como acabaremos con el proceso de violencia sin fin y de terrorismo sin límite".

Por su parte, la ministra de Cultura, Carmen Alborch, que se ncuentra en San Sebastián con motivo de la celebración del Festival Internacional de Cine, se solidarizó con los trabajadores de Alditrans y acudió también hasta la empresa para asistir a su concentración habitual.

Alborch calificó de "ejemplar y serena" la actitud de los trabajadores de Alditrans y afirmó que "queremos que se imponga la razón sobre la sinrazón y la paz y la solidaridad sobre la barbarie". Asimismo, aseguró que el Gobierno está "siempre preocupado con lo que aquí sucede, que no es un roblema aislado, sino que nos afecta a todos los españoles".

La ministra también visitó al jefe de la Brigada de la Policía Judicial de San Sebastián, Enrique Nieto, que permanece en coma desde que el pasado 8 de junio sufriera un atentado por parte de ETA. Alborch señaló que no debemos olvidar que "estas personas estan cumpliendo un servicio importantísimo".

En la concentración de Alditrans estuvieron presentes dos de los hijos de Aldaya; el director del Instituto Vasco de Criminología, Antonio eristain; representantes del Campus Guipuzcoano de la Universidad de Deusto y el gobernador civil de Guipúzcoa, Juan María Jáuregui, que negó que se vayan a crear grupos de ciudadanos para autoprotegese ante las agresiones de miembros de la izquierda 'abertzale', ya que "la Ertzaintza va a seguir haciendo su trabajo".