La encuesta, realizada con 2.488 entrevistas, revela que, por el contrario, menos de un 20 por ciento de la población entiende que este tipo de infraestructuras son muy lesivas para el entorno, mientras que casi un 5 por ciento opina que el impacto depende de la obrade la que se trate.

Algo similar ocurre con otra infraestructura hidráulica: los embalses. Dos tercios de los encuestados considera que la construcción de un pantano no ocasiona un impacto ambiental significativo, y son menos de una cuarta parte los que opinan lo contrario.

La diferencia incluso se acreciente en el caso de la construcción de parques deportivos o recreativos, actividad inofesiva para el entorno según tres cuartas partes de los entrevistados y dañina para menos del 17 por ciento. Sin embargo, la percepción varia cuando se pregunta a los encuestados sobre la proliferación de urbanizaciones y hoteles, algo que es considerado muy o bastante perjudicial para el medio ambiente por el 43,6 por ciento de los entrevistados, porcentaje idéntico al de quienes opinan lo contrario.

Curiosamente son mayoría los que entienden que el turismo no resulta dañino para la conservación de la naturaleza (55,5 por ciento), frente a los que estiman que si impacta sobre el entorno (33,4 por ciento)

Las infraestructuras que se consideran más lesivas son las carreteras, aunque también hay una importante división de opiniones. Casi un 49 por ciento de los encuestados dicen que su construcción ocasiona un impacto relevante, por un 44,4 por ciento que afirma lo contrario.