Para ello, a lo largo de las próximas semanas, más de 250 técnicos valorarán el impacto de los diferentes siniestros registrados durante 2024, que podrían suponer que la entidad tuviese que abonar 92 millones de euros en indemnizaciones.

Entre los acontecimientos nocivos para las viñas se incluyen las heladas acaecidas durante los meses de abril y mayo que provocaron daños en casi 68.000 hectáreas. La principales regiones afectadas fueron Castilla-La Mancha y Castilla y León, aunque también afectó a las vides de otras zonas productoras como La Rioja, Cataluña, País Vasco, Aragón y Navarra.

Las tormentas de pedrisco, que no han cesado desde el mes de abril, han provocado daños en 49.000 hectáreas aseguradas. Estas están repartidas de forma generalizada por prácticamente todas las zonas productoras, pero resultaron especialmente afectados los viñedos de La Rioja, Cataluña, Castilla y León, Comunidad Valenciana, Aragón, Castilla-La Mancha y Navarra. Los episodios más intensos fueron los ocurridos en junio, aunque las tormentas de los meses de julio y mayo también fueron severas.

La sequía generalizada y el intenso calor provocó daños en casi 33.000 hectáreas de viñedo de secano, con especial afectación en las regiones de Aragón, Cataluña, Extremadura, Comunidad Valenciana y Castilla-La Mancha.

Por último, Agroseguro aclaró que la inestabilidad atmosférica ha provocado la aparición de daños por un riesgo poco habitual: la marchitez fisiológica, que ha causado siniestros en más de 6.200 hectáreas de la variedad bobal, la más sensible a este riesgo, muy presente en Castilla-La Mancha y Comunidad Valenciana.