AGRICULTURA DESTACA LOS EFECTOS FAVORABLES DE LAS ULTIMAS LLUVIAS SOBRE LOS PARQUES NACIONALES

MADRID
SERVIMEDIA

Las últimas lluvias han tenido efectos "muy favorables" sobre la red de parques nacionales y, en general, sobre todos los bosques españoles, que en algunas zonas han resultado seriamente dañados durante los últims años a causa de la sequía y las altas temperaturas que han predominado en muchas zonas de la península, según revelan las primeras evaluaciones realizadas por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA).

El director general de Conservación de la Naturaleza del MAPA, Fernando Estirado, ha declarado a Servimedia que "desde el punto de vista de la preservación de la naturaleza las últimas lluvias han sido muy favorables".

Las precipitaciones han tenido efectos especialmente destacabls en aquellos parques nacionales que incluyen dentro de sus límites zonas húmedas relevantes, como las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) y Doñana (Huelva).

Estirado señaló que desde una perspectiva sanitaria, las precipitaciones han resultado claramente positivas, ya que la sequía había propiciado la propagación de plagas e incrementado la mortalidad de árboles.

Según los estudios del Centro de Investigación Forestal del Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA), las zonas forestales má castigadas por la sequía se localizan en el valle del Ebro, ambas Castillas, los Pirineos y el litoral levantino, desde Cataluña hasta Almería, donde también se ha producido una amplia mortalidad de árboles.

Por el contrario, en el País Vasco, Galicia y la cornisa cantábrica, se ha llegado a detectar incluso una ligera mejoría en el arbolado durante los últimos años.

La sequía tampoco afectó por igual a todas las especies, resultando especialmente relevante su incidencia sobre los enebros, las ecinas, los fresnos, los chopos, los pinos piñoneros y los pinos silvestres, muchos de los cuales han padecido serias defoliaciones o han muerto.

Respecto al riesgo de incendios forestales, que en los últimos años se vió incrementado por la escasez de precipitaciones y el aumento de temperaturas, Fernando Estirado indicó que todavía es pronto para adelantar si las lluvias registradas este invierno reducirán el riesgo de incendio el próximo verano.

Estirado señaló que la incidencia de los incendiosdependerá del régimen de precipitaciones que se registre en primavera y, en muchas zonas, del comportamiento de los vientos.

(SERVIMEDIA)
10 Feb 1996
GJA