Esta confederación valoró hoy, a través de un comunicado, que esta decisión pone de manifiesto "la escasa convicción de Ebro en las posibilidades del sector".

A su juicio, demuestra además que todos los recortes de rentabilidad sufridos por los remolacheros, y justificados en las necesidades de reestructuración para "garantizar la competitividad del sector", sólo han servido para sanear económicamente la empresa y aumentar así su valor en el mercado.

Según COAG, Ebro ha optado justamente por lo contrario de lo que ahora necesita el sector, que es estabilidad y compromiso de todos los agentes implicados, remolacheros, empresas y administraciones, para asentar unas bases que permitan mantener lo que queda del mismo.

Desde esta perspectiva, COAG denunció la situación de inseguridad en que se ven inmersos los remolacheros, que acabará por "dar al traste" definitivamente con esta actividad productiva estratégica para los regadíos de las regiones productoras.

Para COAG también quedan en entredicho las políticas seguidas por las Administraciones Públicas en beneficio de Ebro, así como la actitud de los representantes de entidades regionales que se sientan en el Consejo de Administración de dicha empresa.

Por ello, confió en que, tanto las administraciones como los citados consejeros, mantengan una posición contraria a las pretensiones de negocio que propone la industria al margen de los intereses generales y, muy en particular, de los cultivadores de remolacha.