Solabarrieta, que el pasado domingo quedó cuarto en la modalidad de tendido, se colocó en primer lugar en la ronda que determinaba los ocho mejores tiradores que pasaron a la final, con una clasificación de 585.9 puntos.

En la lucha por las medallas, el tirador vasco “supo mantener los nervios y, junto a su guía y mujer Maite Badiola, impuso su magnífica puntería” (obteniendo 223,7 puntos), tan solo superado por la polaca Barbara Moskal.

Solabarrieta reconoció estar “eufórico” con el resultado. “Los rivales están muy fuertes y esta plata sabe muy bien”, manifestó el tirador vasco, quien definió su actuación y la del equipo español en este campeonato como “espectacular”.

En este sentido no se quiso olvidar de agradecer el apoyo de “todas aquellas personas y entidades que están detrás de mí y que son el pilar fundamental para que pueda conseguir estos resultados”, manifestó en un comunicado.

En dicha ronda final también participaron los malagueños Sonia Rivero (cuarta) y Manuel Encinas (quinto); lo que supuso que España “se alzara con la medalla de oro por equipos, batiendo el récord del mundo y demostrando la buena salud del tiro para ciegos nacional”.

En lo que respecta a la práctica de este deporte quizás pueda parecer curioso hablar de puntería cuando se trata de personas ciegas. Esto se ha conseguido sustituyendo el sentido de la vista por el del oído. Se utiliza una carabina de aire comprimido equipada con una mira telescópica especial que está conectada a un circuito electrónico que transforma la luz en sonido.