Trillo, que compareció hoy ante la Comisión de Defensa del Congreso de los Diputados para explicar el carácter de esta intervención y los efectivos ofrecidos por España, señaló que esta fuerza internacional deberá ser una realidad el próximo 22 de diciembre, fecha en que toma posesión el nuevo gobierno afgano, y ultimar su despliegue a mediados de enero.

El ministro de Defensa explicó que hoy se decidirá el número total de efectivos que formaán parte de esta fuerza internacional, entre 3.000 y 5.000, con una aportación española de un máximo de 700. Actualmente son 15 los países que se han ofrecido a aportar sus tropas.

Estos soldados permanecerán allí en principio durante un periodo de tres meses, aunque Trillo resaltó que "nada puede garantizar que después de esos tres primeros meses no sea necesario mantener la presencia internacional", en cuyo caso se reemplazarían los efectivos allí destacados por nuevas unidades.

Asimismo, indic que la participación en esta misión volverá a convertir a nuestos soldados en defensores de la paz, exponentes de los máximos valores de la sociedad", pero eso mismo les hace ser "objetivo sensible, sujeto a riesgos".

Trillo informó de que mantener a los soldados en Afganistán costará entre 700 y 900 millones de pesetas al mes, en función del número de efectivos que finalmente se destaquen allí. Además, señaló que la Agencia Española de Cooperación Internacional ha destinado un total de 1.100 millone de pesetas para ayuda humanitaria a la población de ese país.

El responsable de Defensa añadió que aún quedan decisiones por cerrar, como la adopción de un acuerdo técnico militar entre Reino Unido, que ha asumido el liderazgo de esta misión, y las autoridades afganas; así como la necesaria coordinación con Estados Unidos, que aún mantiene su operación "Libertad duradera" en Afganistán.

DECLARACION PARLAMENTARIA DE GUERRA

Trillo defendió la "legitimidad" de esta intervención, solicitada en la umbre celebrada en Bonn donde se decidió la formación del nuevo gobierno afgano, y señaló que se va a realizar de acuerdo con el capítulo séptimo del tratado de las Naciones Unidas, y no el sexto, que sólo legitima el uso de la fuerza como medio de autodefensa.

Esta decisión fue criticada por el portavoz de IU en la Comisión de Defensa, Felipe Alcaraz, para quien si la ONU aprueba definitivamente una resolución en estos términos no puede hablarse de intervención humanitaria y de pacificación.

La espuesta del ministro al portavoz de IU, al que acusó de "declarar parlamentariamente la guerra" con su particular "cosmovisión", ocasionó al término de la comisión un rifirrafe entre ambos, que culminó con los lamentos de Alcaraz porque Trillo no ha sentido por él "el flechazo" que tiene con otros portavoces.

Por su parte, el portavoz socialista, Jordi Marsal, que sí se ganó las alabanzas del responsable de Defensa, indicó que no cuestiona la legitimidad de esta misión, pero pidió que se precisen tems como su ámbito de actuación, pues Trillo ha hablado de Kabul y sus terrenos "circundantes", algo que podría no ser suficiente.

Añadió que España no sólo debe quedarse en la oferta verbal, sino aportar los recursos humanos y materiales suficientes para hacer efectiva esta operación, algo que para Trillo es aún difícil de determinar porque la situación es en estos momentos muy cambiante.