Jacques Tremblay, jefe de misión de Médicos sin Fronteras, indicó que los heridos sufren fracturas y traumatismos, y aseguró que los equipos desplazados en la zona están organizando clínicas móviles para recoger a las víctimas y otro tipo de centros para ofrecer atención médica básica, mientras que los casos más graves son tratados en el hospital del Rostaq, desde donde se realiza toa la coordinación.

Los equipos de Médicos sin Fronteras llegaron a la zona con medicinas y material médico pocas horas después de que se produjera el seísmo. Según las autoridades afganas, alrededor del 80% de las viviendas han sido destruídas.

Las principales necesidades son de refugio, agua potable, comida y medicinas para los miles de personas que se han quedado sin hogar.