La plataforma considera que los últimos estudios presentados por Fomento se caratcerizan por una falta total de definición en numerosos aspectos, como el impacto ambiental de las diferentes etapas de construcción, la afección a viviendas habitadas, el destino de los residuos, el ruido generado por la construcción y la explotación, las medidas correctoras o la recuperación de los ecosistemas dañados.

Por ello, la platafoma concluye que estas subalternativas no mejoran las alternativas previas y expresa en sus alegaciones el rechazo total al tren de alta velocidad.

A su juicio, las subalternativas propuestas son inadmisibles desde el punto de vista ambiental porque originan una fuerte alteración del medio físico y destruirán un número considerable de áreas de interés por su vegetación y fauna.

Además, advierte, se produciría un fuerte impacto paisajístico debido a la gran altura de desmontes y taludes. Por otro ldo, el tren cruza numerosas vías pecuarias y afecta a un importante patrimonio histórico-artístico.

Ecologistas en Acción, una de las organizaciones que integran la plataforma, cree que el mayor problema es el propio tren de alta velocidad, que sólo sirve para unir grandes núcleos de población con unos precios de los billetes "prohibitivos" para una buena parte de la población y generando graves problemas ambientales a su paso, al tiempo que absorbe la mayor parte del presupuesto destinado a infraestrctura ferroviaria.