AERTAN DEL RIESGO DE FILTRACIONES EN BIDONES DE ARMAS QUIMICAS HUNDIDAS EN EL BALTICO TRAS LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

MADRID
SERVIMEDIA

Miles de toneladas de armas químicas de los nazis sepultadas en contenedores en el Mar Báltico tras la Segunda Guerra Mundial corren riesgo de erosionarse y dejar que se filtre su venenoso contenido, según advierten grupos de científicos y ecologistas que cita el diario británico "The Independent".

Entre 1945 y 1947, más de 300.000 toneladas de armas quíicas fueron confiscadas por los Aliados y hundidas en contenedores en el mar. Entre la carga sepultada había 65.000 toneladas de gas mostaza, sarin y el gas empleado en los campos de exterminio nazis, el Zyklon B.

La idea inicial pactada entre británicos, norteamericanos, franceses y rusos era sepultar esta carga en una sima del Atlántico Norte a 4.000 metros de profundidad, pero finalmente, a causa del mal tiempo, fue arrojada en diversos puntos de las aguas menos profundas del Mar Báltico. Además, ls rusos sepultaron su parte aún más cerca de la costa, a una profundidad de sólo 130 metros en algunos casos.

Una misión científica con base en Kaliningrado (Rusia) ha unido su voz a la de los ecologistas para denunciar el peligro de corrosión de los bidones.

El profesor Vadim Paka, del Instituto de Oceanografía de Shirshov, que se hizo famoso por su labor en la filmación de la película "Titanic", ha venido estudiando los basureros químicos desde 1997.

Las muestras recogidas por su equipo reelan la presencia de gas mostaza en el Mar Báltico. "A algunos bidones les puede llevar 50 años, a otros 100, pero muchos podrían estar corroidos al mismo tiempo", señala el profesor Paka.

Un estudio finlandés de 1996 llegó a la conclusión de que no había causa de alarma inmediata por los bidones y que cualquier tentativa para recuperarlos sería más peligroso que dejarlos en el lecho marino. Creían, además, que los agentes químicos se disolverían de manera inocua al contacto con el agua marina.

Sn embargo, el profesor Paka sostiene que, durante la campaña rusa de la Segunda Guerra Mundial, los nazis consiguieron una nueva fórmula de gas mostaza resistente a las bajas temperaturas. Esta fórmula es más viscosa y no se disuelve en el agua.

(SERVIMEDIA)
06 Jun 2003
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