Según los ecologistas, el sistema de refrigeración de esta central es especialmente ineficiente, puesto que es un circuito abierto al río Tajo. En ocasiones, según Aedenat, es necesario bajar la potencia para cumplir el requisito elemental de que la temperatura del agua que se devuelve al Tajo no supere los 30º, que ha provocado la muerte de miles de eces en un piscifactoría cercana a la central.

Los propietarios de la piscifactoría han presentado una denuncia contra la central, que podría ser sancionada con una, a su juicio, insuficiente multa de 16 millones de pesetas.

Para los conservacionistas, el servicio de refrigeración de la central tiene el inconveniente de que consume por evaporación tremendas cantidades de agua, debido a la gran diferencia de temperaturas que hay entre el agua del río y el agua que sale del circuito de refrigeració.

Por último, Aedenat asegura que esta central es la más antigua de toda España y que sus medidas de seguridad son las más deficientes, por lo que aconsejen su cierre.