Según los ecologistas, el incidente ocurrió en el edificio de acondicionamiento de residuos, donde por causas desconocidas, se activó el sistema de extinción de incendios. El sistema estuvo vertiendo agua al edificio, al menos, durante toda la noche lo que provoco que el agua se desbordará, arrastrando con ella sustancias radiactivas.

A juicio de Aedenat, este suceso viene a poner en entredicho las medidas de seguridad del cementerio de El Cabril, que es el único depósito donde se uardan los residuos radiactivos de media y baja actividad procedentes de las centrales nucleares y de instalaciones radiactivas españolas, y que tiene capacidad para 300.000 bidones.

Ecologistas y muninicipios de la zona han mostrado su oposición primero a la construcción y luego a la ampliación del cementerio, que se llevo a cabo en 1992.

Aedenat resalta el secretismo y la ocultación de inforamción que rodea a los efectos de la energía nuclear. Son los órganismos oficiales, la Empresa Nacional d Residuos Radiactivos (Enresa) y el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), los primeros en mantener ocultos este tipo de incidentes, mostrando así un evidente déficit democrático.