Según Aedenat, las presiones, encabezadas por la Asociación de Fabricantes de Automóviles ANFAC y seguidas por la Federación Española de Recuperadores FER y Siderúrgicos Independientes Asociados Siderinsa, y dirigidas contra el presidente de la Comisión de Medio Ambiente del Congreso en el coloquio organizado por el Club Españolde Residuos demuestran quién le dicta al Gobierno el contenido de la normativa ambiental.

En anteproyecto de la Ley de Residuos sólo establece una tasa de 5.000 pesetas por cada vehículo achatarrado, mientras que el Plan Prever supone una ayuda de 80.000 pesetas. A pesar de esta notable diferencia, los fabricantes de automóviles así como los sectores de recuperación de chatarra, no desean ceder un ápice y reivindican haber negociado ya la no aplicación de tasas al achatarramiento.

Aedenat considea que en vez de evitar gravámenes a los residuos que produce el achatarramiento, se debería fomentar fiscalmente la reparación y mantenimiento de los automóviles con más de diez años pues se evitarían achatarramientos y residuos innecesarios.

Asimismo, se debería incentivar fiscalmente al automovilista que, si achatarra su vehículo, no lo sustituya por otro, lo que reduciría el parque de vehículos, la congestión, la contaminación y los accidentes.

Para financiar dichos incentivos se deberían contbilizar en lo posible los costes ambientales que genera la fabricación, el uso y el desecho de vehículos y que no son repercutidos sobre las ventanas de las industrias automovilísticas.