Piñel, que participó n unas jornadas sobre "Los nuevos mecenas de la cultura", organizadas por la Fundación Cultural Banesto, explicó que esta exención fiscal debe beneficiar a quien dona los recursos y a la entidad que los utiliza y los destina a fines de interés general no lucrativos.

A juicio de Piñel, si este tipo de impuestos no desaparecen, las actividades de interés general serán difícilmente financiadas por los particulares, ya que tendrán que soportar la carga tributaria como si utilizaran los recursos gravados pra provecho propio.

Piñel consideró insuficientes las deducciones que tienen en el impuesto del IRPF los contribuyentes que realizan donaciones a entidades sin ánimo de lucro, así como los tributos que deben pagar las entidades que los reciben.

También se mostró contrario al proyecto de ley de mecenazgo elaborado por el Gobierno, que establece un nuevo sistema de tributación para las fundaciones y asociaciones que realizan actividades de interés general.

A su juicio, el régimen fiscal del pryecto de ley de mecenazgo es prácticamente el mismo que rige actualmente y toda la norma está marcada por "la obsesión de salir del paso de los posibles abusos que puedan cometerse".

"No dudo que puedan existir estos abusos", dijo, "pero los abusos no se corrigen haciendo pagar a justos por pecadores y estableciendo como regla general la restricción y la limitación, sino persiguiendo esos abusos con los instrumentos legales correspondientes".

Por su parte, José Luis Alvarez, ex alcalde de Madridex ministro de los gobiernos de UCD, dijo que la ley de mecenazgo es "un desastre absoluto".

Alvarez insistió en que es necesario olvidar la idea de que el arte y la cultura "son un lujo que cuesta mucho mantener y que no produce nada", ya que las familias europeas gastan cerca de un 5 por ciento de su presupuesto en bienes culturales.