Así lo dijo durante su intervención en el ‘Encuentro Finresp 2022’ organizado por el Centro de Finanzas Responsables y Sostenibles de España en el que resaltó que era su última intervención en este foro como presidente de la AEB y la penúltima en este cargo, dado que en abril se elegirá a Alejandra Kindelán como nueva presidenta de la patronal bancaria.

Roldán comentó que, ante las opiniones en el actual contexto de guerra en Ucrania respecto a que “la sostenibilidad parece que es un lujo”, no es así porque “si avanzamos en el camino de la sostenibilidad, disminuiremos la dependencia energética de la UE, de España y hasta casi de cada hogar”. En esta línea, agregó que “si el problema que pone de manifiesto la situación en Ucrania es lo delicado que resultan las cuestiones de dependencia energética”, la sostenibilidad da “margen para avanzar” en la independencia.

El presidente de la AEB abogó por seguir avanzando en sostenibilidad “sin acelerones, pero también sin retrocesos” y subrayó que “la sostenibilidad en estos momentos de turbulencias en Europa tiene más sentido que nunca y el sistema financiero va a jugar un papel vital”.

Roldán reconoció que cumplir las metas de sostenibilidad suponen “costes” y defendió “hablar de estrategias de decrecimiento” como “algo que no nos debería asustar” porque se busca “un crecimiento mejor”.

En cuanto a la cooperación internacional, Roldán admitió que ahora es “mucho más” compleja por la guerra, pero que hay que continuar cooperando al argumentar que “la sostenibilidad no es posible sin un acuerdo con los grandes bloques, el G-7, pero también Rusia, China e India”. “Debemos ser conscientes de este es una de las áreas donde tenemos que ponernos de acuerdo incluso en estar en desacuerdo”, añadió, y advirtió de que los riesgos de guerras comerciales verdes son “más intensos en este entorno geopolítico”.

Respecto al sistema financiero, rechazó que haya una taxonomía europea sobre las fuentes energéticas y “de facto” surjan taxonomías distintas por cada país. Los test climáticos para la banca que prepara el Banco Central Europeo (BCE) “son tremendamente exigentes teniendo en cuenta que todavía no tenemos concreción ni siquiera científica de cómo medir” los impactos medioambientales, agregó Roldán. Enfatizó que el sector necesita “un reconocimiento de que lo que se nos está exigiendo es muy potente”.

Del mismo modo, Roldán apeló a “luchar” contra quienes muestran ser más sostenibles de lo que realmente son y contra los “peligros” de las críticas “cuando no eres peor, sino mejor” en la estrategia de sostenibilidad. Reclamó incentivos positivos y negativos para impulsar la sostenibilidad y resaltó que el sector tendrá que “salvar” los próximos tres o cuatro años en los que habrá “muy poca concreción y mucha presión”.