ADRID. LOS VIGILANTES DEL METRO REALIZAN HASTA 1.000 ACTUACIONES DIARIAS CONTRA LOS VENDEDORES AMBULANTES
- Los decomisos sólo pueden efectuarlos el CNP o la Policía Municipal, lo que limita la eficacia de los guardas jurados
- La disputa por un puesto de venta ambulante originó el enfrentamiento entre un argelino y dos chinos que acabó con el accidente de ayer, en el que el norteafricano perdió una pierna
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Los vigilantes del Metro de Madrid realizan hasta 1.000 lvantamientos de puestos ambulantes diarios, según señaló hoy a Servimedia un portavoz de la compañía.
La venta ambulante dentro del suburbano es la principal preocupación de los responsables del Metro, ya que los guardas jurados no tienen facultades para decomisar el género y los vendedores tampoco pueden ser expulsados porque llevan su billete. Por tanto, en cuanto los vigilantes abandonan el pasillo vuelven a instalar su tenderete.
El accidente que sufrió ayer Hamid Djema, un argelino que fue aropellado por el tren entre las estaciones de Tribunal y Alonso Martínez de la línea 10 del Metro, fue debido, según declaró su hermano a la policía, a una disputa con chinos por un puesto de venta ambulante.
Cuando Hamid Djema vio que los orientales se aproximaban a él en el andén de Tribunal, saltó a las vías. Al cabo de medio centenar de metros, el convoy se le echó encima y una rueda le seccionó la pierna derecha.
La vigilancia de la seguridad y lucha contra el contrabando en el Metro (la mayría de los productos que ofrecen los vendedores ambulantes son de procedencia ilegal) corresponde al Cuerpo Nacional de Policía, según aseguró a esta agencia un portavoz de la Policía Municipal.
Esta última únicamente interviene si es requerida por los guardas jurados del suburbano o ante un delito evidente, precisaron las mencionadas fuentes. Pero, indicó el portavoz del Metro, "tampoco les pueden estar llamando constantemente".
El problema es que, si no se erradica, la venta ambulante puede genrar luchas entre la población marginal que se dedica a ella con consecuencias como la de Hamid Djema, que ha perdido una pierna huyendo de sus rivales, e incluso ser un foco de criminalidad y mafias que controlen la situación.
(SERVIMEDIA)
09 Mar 1994
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