El alquiler de vivienda obliga fiscalmente al propietario a declarar en el IRPF lo percibido en concepto de renta. Si se trata de un local, el arrendador debe liquidar impuestos trimestralmente y el arrendatario tiene que ingresar mensualmente en la administración de Hacienda la retención fiscal.

Fuentes del Consejo General de Administradores señalaron hoy a Servimedia que quizá el fisco no esté vigilano tanto si se realizan estas retenciones en los recibos como si el arrendador luego lo incluye en la declaración del IRPF.

"Me imagino que es de personas que no son profesionales. Un profesional no va a hacer mal un recibo. Otra cosa es lo que luego haga el propietario en su declaración de la renta", indicó un portavoz de los administradores.

En todo caso, el Consejo de Colegios de Administradores de Fincas está seguro de que "si esos alquileres están gestionados por un administrador de fincas coegiado no van a encontrar ninguna irregularidad, eso de entrada, porque ningún administrador, existiendo una legislación, va a cometer una irregularidad y meter en un 'fregao' a alguien".

"Ahora bien, hay muchos alquileres que no se gestionan por profesionales, que los llevan particulares o incluso el mismo dueño, y ahí sí que no tenemos constancia, ni mucho menos, de que se hagan las cosas bien", puntualizaron los administradores de fincas.