Así, la Administración central tardó 120 días de media para realizar sus pagos de obras, frente a los 80 días de 1992. La Generalitat pasó de 150 días en el 92 a 271 en el año pasado. Por su parte, las corporaciones pagaron a las empresas constrctoras en 420 días (360 en el año anterior).

Este aumento del índice de morosidad también se vio reflejado en la contratación de bienes y servicios. En este caso, la Generalitat fue la que más tardó en pagar (345 días, frente a los 302 de 1992), seguidos de las corporaciones locales (que se demoraba una media de 302 días).

Fomento del Trabajo destacó los "graves" problemas de tesorería que este hecho produce en las empresas, que en algunos casos han provocado crisis financieras y pérdidas de puesos de trabajo.