Este dato refleja un crecimiento anual sin precedentes en las licitaciones públicas, ya que su importe fue de 1.463.805 millones de pesetas en 1989, esdecir, 616.000 millones menos que en el noventa.

La evolución de las licitaciones de las Administraciones Públicas ha sido la siguiente en los últimos años: 589.573 millones de pesetas en 1985, 592.978 millones en 1986, 724.775 millones en 1987, 990.141 millones en 1988, 1.463.805 millones en 1989, y 2.079.027 millones en 1990.

Del total licitado en 1990, 1.062.947 millones de pesetas corresponden a la Administración Central, lo que representa un aumento de 403.000 millones respecto a 1989. El reto se reparte entre las comunidades autónomas, con 629.128 millones de pesetas (28.000 millones de aumento) y las corporaciones locales, con 386.953 millones (184.000 millones de incremento).

INFRAESTRUCTURAS

Como es tradicional, el Ministerio de Transportes y el de Obras Públicas, ahora fusionados en el nuevo departamento ministerial de Infraestructuras, realizaron la mayoría de las licitaciones de la Administración Central, por un importe conjunto de 910.299 millones de pesetas.

El crecimient respecto a 1989 es prácticamente del cien por cien, ya que en ese año se situó en 490.810 millones, después de crecer sólo en 60.000 millones respecto al ejercicio precedente.

El tercer ministerio por volumen de obras licitadas fue en 1990 el de Educación y Ciencia, que sacó a concurso obras con un presupuesto total de 67.556 millones de pesetas, casi 5.000 millones más que en 1989.

A continuación figuran el Ministerio de Sanidad, con 30.888 millones de pesetas, y el de Agricultura, con 2.242 milones. Los demás ministerios se reparten los 51.962 millones de pesetas restantes, 27.000 millones menos que en el 89.

Todos estos datos se refieren a las licitaciones efectuadas por las Administraciones Públicas. Estos datos suelen sobrevalorar ligeramente el montante efectivo de los planes de inversión pública por dos razones.

En primer lugar porque, salvo en el caso de contratación directa, se produce una reducción del presupuesto de licitación al ser adjudicado y, en segundo, por algunos concrsos de licitación quedan desiertos.