En una entrevista que publicó el diario "Las Provincias" el pasado 9 de noviembre, Del Río, actual jefe de seguridad de Iberia, hizo recuento de su paso por el Ministerio del Interior y recordó cómo la época de los GAL fue una de las más "desagradables" de su vida. Después mantuvo el siguiente diálogo con la peiodista:

Pregunta: Entonces, ¿usted sabe quiénes son los responsables del GAL?

Respuesta: Sí, pero no le voy a dar sus nombres.

P: ¿No?

R: No. Son industriales, gente extorsionada por ETA, muy hartos, que pidieron apoyo extralegal a la Policía y no se lo quiso dar. Gente harta y dispuesta a poner dinero para crear grupos clandestinos. Usted sabe que en la Policía, como entre los periodistas, abogados o cualquier colectivo, siempre hay desalmados. Es lo que llamamos la manzana podrida. Según Antonio Romero y Joseba Azkárraga, estas manifestaciones son "gravísimas" y pueden ser la clave para descubrir la conexión Estado-GAL, que en el juicio no pudo ser demostrada.

Romero dijo a Servimedia que esta mañana ha mantenido un primer contacto telefónico con el abogado de la acusación particular José Galán y que ambos, junto con Azkárraga, se han citado para estudiar una estrategia de reapertura del caso.

Todos ellos coinciden en que las declaraciones de Rafael del Río son suficients para que la sala que estudió en su día el caso reabra el sumario, actúe el fiscal de oficio o previa petición de la acusación particular, puesto que o el ex director general de la Policía mintió entonces o miente ahora.

Según Azkárraga, Del Río "mintió" al tribunal que juzgó el caso cuando afirmó "desconocer absolutamente" cualquier extremo relacionado con los Grupos Anterroristas de Liberación (GAL).

"Lo que confirma esa entrevista con Del Río es que quienes están detrás de los GAL no son dos olizontes como Amedo y Domínguez. Esta puede ser una de las claves de las conexiones de los aparatos del Estado con ese grupo", concluyó.