El objeto del convenio son aquellos artículos de consumo cuyas etiquetas o publicidad aseguran que "favorece las defensas naturales", "previene el cáncer de colon", "ayuda a adelgazar" o "ayuda a luchar contra la osteoporosis", entre otras supuestas cualidades.

Los alimentos son, por definición, saludables, de modo que cualquier propiedad terapéutica deberá estar avalada por prubas científicas, según el acuerdo alcanzado por Sanidad y la FIAB.

Asimismo, no se consentirá cualquier invocación a la función de los nutrientes de un alimento en el organismo humano, al efecto de los productos alimenticios en la salud o a los hábitos de alimentación saludables.

El convenio pretende facilitar la aplicación de la normativa vigente, que establece que a los productos alimenticios no se les puede atribuir indicaciones preventivas, terapéuticas o curativas de una enfermedad.

COMISIN DE SEGUIMIENTO

Para ello, se ha constituido una comisión de seguimiento a la que los anunciantes podrán consultar sus campañas publicitarias antes de emitirlas, o el etiquetado, para evitar que el ministerio les suspenda el proyecto cuando ya está en ejecución. La comisión está obligada a responder en el plazo de 10 días.

Según manifestó en rueda de prensa Jorge Jordana, secretario general de la FIAB, el convenio pretende acabar con la actual inseguridad jurídica, que permite bordear la ley conla publicidad y colocar a algunas marcas en situación de competencia desleal respecto a otras que cumplen escrupulosamente con la normativa.

Asimismo, la comisión de seguimiento ayudará a adaptar los mensajes publicitarios a las innovaciones que se produzcan tanto en el campo publicitario como en el mundo de la alimentación (I+D).

En todo caso, los fabricantes no están obligados a comunicar sus anuncios a la comisión de seguimiento. Si después el mensaje publicitario es retirado por la Administraión, será responsabilidad suya.