En el acuerdo, que los sindicatos difundieron hoy, las direcciones del Central y del Hispano Americano se comprometen a mantener después de la fusión las plantillas actuales de los dos bancos, así como a no recurrir a expedientes de regulación de empleo, a extinción de contratos por causas tecnológicas o económicas y a traslados forzosos.

La reducción de empleo se realizrá a través de medidas no traumáticas, que deberán ser comunicadas previamente a los sindicatos. El convenio no fija el número de trabajadores que puede verse afectado por bajas incentivadas o jubilaciones anticipadas ni cuando se realizarán.

Según informaron a Servimedia fuentes sindicales, lo que se firmará mañana es un acuerdo marco, que deberá concretarse en una negociación que iniciarán los sindicatos con el nuevo banco dentro de los quince días siguientes a la fusión de ambas entidades financiers.

En cuanto al empleo, la dirección de los bancos se compromete también a mantener la misma política de personal actual en materia de contratos temporales y a informar previamente a los sindicatos sobre posibles cierres y cambios de ubicación o de titularidad de los centros de trabajo.

Sobre a las condiciones de trabajo, el acuerdo, que tiene una vigencia de dos años prorrogable por uno más, fija el compromiso de implantar una única política de personal, garantizar el respeto de las condiciones aborales actuales y hacer efectiva una paga extraordinaria en acciones.

Además, mantendrán los conceptos retributivos y las mejoras sociales extra convenio hasta que lleguen a un convenio para homologar las condiciones de ambas plantillas.

El acuerdo recoge también compromisos en lo que se refiere a la formación de los empleados, tales como la garantía de igualdad de oportunidades, promoción y carrera profesional para todos los trabajadores.