El acuerdo se hace extensivo, asimismo, a los contraidos en febrero de 1991 por el cual Torras comercializaría hasta diciembre de 1993 la producción de Sarrió.

Sin embargo, a pesar de concluir el "paro técnico indefinido", que ha durado nueve días, el presidente del comité de empresa, Javier Salachúa, dijo hoy que "no terminan de despejarse las dudas que puedan existir en cuanto al futuro de la empresa".

Esta incertidumbre ha provocado la formación de una comisión institucional, compuesta por el presidente de la Diputación de Soria, Javier Gómez, el senador socialista, Ramiro Cercós, el alcalde de Almazán, Angel Martín y Javier Salvachúa, que intentará entrevistarse en Milán (Italia) con el presidente de Sarrió, el italiano Carlo Bonomi, para conocer las estrategias de la multinacional papelra.

La iniciativa podría obedecer a dos causas: por una parte, los problemas que Sarrió tiene para que la Dirección General de Incentivos Regionales apruebe las subvenciones que la Junta de Castilla y León ha tramitado y que supone una inversión de 1.518 millones de pesetas, al producirse una regulación de empleo en otra empresa del grupo en España.

Por otro lado, que el proyecto de modernización que representa esta inversión no sea el adecuado para la situación del mercado papelero.

"Pretenemos que haya un expediente nuevo", manifestaron hoy Javier Gómez y Ramiro Cercós.

La factoría de cartoncillo de Almazán fue vendida por Torras Papel a Sarrió en febrero de 1991. El contrato de compra-venta establecía que el grupo kuwaití se haría cargo de la producción de Sarrió hasta el mes de diciembre de este año.

A partir de esta fecha, el grupo italiano debería establecer nuevas redes de comercialización. Sarrió emplea en Almazán a 141 trabajadores.

Para el martes hay prevista una nuea reunión entre el comité de empresa y la dirección para aportar información complementaria a la ofrecida por Jaime Llopis al alcalde de Almazán.