El secretario general de Confemetal, Andrés Sánchez, manifestó hoy, en rueda de prensa, que si bien el incidente de Acerinox ocurrido hace un año, al fundirse una fuente de cesio-137 que iba mezclada con una partida de chatarra, no tuvo repercusiones sobre la salud de la población, las asociaciones que integran a los recuperadores de metales están estudiando medidas para evitar este tipo de sucesos.

Asimismo, Sánchez manifestó que Acerinox ha pueto en marcha iniciativas destinadas a reducir el riesgo de entrada en sus instalaciones de fuentes radiactivas.

Sin embargo, Francisco Román, miembro del Comité de Medio Ambiente de Confemetal, destacó la dificultad que entraña ejercer un control pormenorizado sobre los 350 millones de toneladas de chatarra férrica que se consumen cada año en el mundo.

Según la organización Ecologistas en Acción, el escape de Acerinox podría repetirse en esta o en otra instalación similar, ya que mantiene que el onsejo de Seguridad Nuclear (CSN) "no ha prestado mayor atención a estos peligros hasta la fecha".

Para Ecologistas en Acción, la fuga de Acerinox demostró que "el CSN está más preocupado de que no cunda la alarma pública y de minimizar el suceso que de prevenir nuevos incidentes".

La organización ha presentado un informe al Congreso de los Diputados y la Junta de Andalucía sobre el accidente, en el que denuncia que casi un año después del escape de radiactividad no se han adoptado las medidas adcuadas para evitar que se repitan este tipo de accidentes.

Asimismo, muestra su preocupación por el hecho de que Acerinox tardara nueve días en comunicar la fuga y afirma que el propio CSN sólo informó del suceso tras detectar las estaciones de medida francesas e italianas un aumento de los niveles ambientales de cesio 137.

Además, el informe señala que la Red de Vigilancia Radiológica (Revira) sólo detecta niveles de actividad 10.000 veces mayores que los medidos en Francia tras el escape de Aceinox, por lo que si la nube radiactiva se hubiera desplazado al interior de la Península, y no hacia Fracia e Italia por el Mediterráneo, no hubiera sido detectada.

Ecologistas en Acción también crítica la actitud de la empresa, y destaca que la actividad de la fuente que se fundió fue cifrada por el CSN en 100 veces de lo que difundió la empresa en un principio.

La organización ha remitido el informe al Consulado italiano, ya que el fiscal de Turín emprendió una investigación para esclarecer el uceso.