ACEBES AFIRMA QUE "LO CENTRISTA Y LO MODERNO" ES DEFENDER LA CONSTITUCIÓN Y LAS LIBERTADES INDIVIDUALES
- Llama a "preservar el espíritu de equipo" porque al PP no le une "ni un barón ni una corriente"
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El secretario general del PP, Ángel Acebes, aseguró hoy que el partido debe en el futuro hacerse "fuerte en el centro", pero teniendo claro que el centro "no lo marca el PSOE ni los partidos nacionalistas" y que "lo centrista y lo moderno" es defender la Constitución y las libertades individuales.
Con los más de 3.000 compromisarios puestos en pie y rindiéndole homenaje con una larga ovación, Acebes reconoció tener "sentimientos encontrados" en su último discurso como secretario general, ya que con él cierra "una etapa muy intensa y muy dura" de su vida.
Acebes reivindicó para el PP un proyecto centrista sin olvidar que "no hay nada más de centro que defender los preceptos constitucionales y no hay nada más moderno que defender las libertades individuales" de los ciudadanos.
A su juicio, el centro "no es el punto medio entre la España constitucional y la España confederal", sino que lo "centrista" es defender la Carta Magna, la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el principio de solidaridad entre territorios y la libertad.
Reconoció que el Partido Popular "se tiene que adaptar, modernizar y renovar" al mismo tiempo que hace un "esfuerzo de cercanía" a los ciudadanos, pero recordó que parte de "una base especialmente sólida" que debe conservar.
Acebes recalcó que "ése es el rumbo por el que el PP debe caminar con paso sereno" en los próximos años, ahora que él abandona la Secretaría General y que cede su puesto a la presidenta regional en Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal.
Al hablar de ella, le expresó su "admiración", le deseó "mucha suerte" en el nuevo cometido que tendrá a partir del lunes y se mostró convencido de que "cometerá menos errores" y será "más constante, más justa y más valiente" en el trabajo diario.
PROYECTO UNIDO SIN BARONES NI CORRIENTES
El todavía "número dos" de los populares reclamó "un PP con un proyecto común y una dirección nacional fuerte" para que no defienda "una cosa en Madrid, otra en Cataluña y una tercera en Galicia".
Señaló que si el PP considera que España no puede ser la adición de 17 comunidades autónomas, el partido tampoco puede convertirse en adelante en la suma de 17 direcciones porque al PP no le une "ni un barón ni una corriente".
"Lo que nos ha unido siempre son nuestras siglas", sentenció. "Tenemos que preservar el espíritu de equipo que ha hecho fuerte al PP y levantar la bandera de un gran proyecto político capaz de integrar a todos y de ilusionar a todos".
Acebes defendió un partido donde el "mérito", el "esfuerzo" y la "capacidad de sacrificio" sean los criterios para avanzar políticamente y donde se mezclen los jóvenes con los "pata negra".
También abogó por un partido "valiente a la hora de defender sus ideas y a su gente" aunque haya que tomar decisiones nada fáciles como manifestarse contra las decisiones del Gobierno y recoger firmas contra una reforma estatutaria aprobada por el Parlamento de Cataluña.
Admitió que adoptar decisiones como ésas "no fueron fáciles" porque hubiera sido más fácil "protestar y no hacer nada". Sin embargo, se mostró orgulloso de haber participado en ellas porque "un partido que por oportunismo renuncia a defender sus ideas deja de tener sentido, pasa a ser prescindible y muy pronto se convierte en irrelevante".
Acebes manifestó que, sin la labor de oposición desarrollada por el PP en estos años, nadie habría protegido las creencias de los católicos y los derechos de los castellanohablantes en Cataluña y País Vasco frente a un gobierno "sectario e ineficaz".
NADA DE AUTOCRÍTICA
Acebes se dedicó la mayor parte de su discurso a defender la labor y las decisiones de la dirección nacional a lo largo de estos cuatro años al mismo tiempo que arremetía contra la "operación de acoso y derribo" puesta en marcha por el PSOE.
Explicó que la derrota de 2004 fue "contra todo pronóstico" después de los atentados del 11-M y acusó a Zapatero de haber tratado de dividir a los populares distinguiendo "entre duros y blandos, entre modernos y carcas".
Aseguró que, pese a la segunda derrota consecutiva de Rajoy en marzo de 2008, el PP ha ganado "en respeto y dignidad" durante este tiempo y ha conseguido ser "más fuerte, más sólido y con más militantes".
Expuso que en estos cuatro años el PP ha crecido en 90.000 militantes, ya que de los 660.000 afiliados que tenía el partido en 2004 se ha pasado a 750.000 en 2008 en "la mayor renovación por adición" que puede llevar a cabo un partido.
Al recordar las elecciones autonómicas catalanas de 2006, subrayó que el PP únicamente perdió un escaño pese al "hostigamiento a los partidos no nacionalistas" y el "sectarismo" de sus adversarios.
Justificó la campaña de recogida de firmas contra la reforma del estatuto catalán porque el nuevo texto que posteriormente fue aprobado en las Cortes Generales y ratificado en referéndum por los ciudadanos de esa comunidad "separa y divide a los españoles".
Acebes ensalzó también el triunfo en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2007, aunque luego no sirviera para arrebatar la Presidencia del Gobierno al PSOE en las generales de 2008.
Si Zapatero ha vuelto a ganar es porque "el PSOE logró crecer a costa de sus socios más radicales y de una Izquierda Unida en acelerado proceso de descomposición".
Acebes se mostró especialmente orgulloso de haber conseguido en estos comicios 500.000 votos más que hace cuatro años y lo atribuyó a que en este tiempo el PP no se ha avergonzado de sus ideas y apoyó "lo que había que apoyar" y propuso "lo que había que proponer" desde la oposición.
Añadió que la actual crisis económica, el "nuevo órdago" de Juan José Ibarretxe y la actuación del Gobierno demuestra que el PP tenía "razón en el diagnostico de la situación, en lo que iba a ocurrir si Zapatero seguía y en las soluciones" que aportaba Mariano Rajoy en su programa electoral.
El único esbozo de autocrítica llegó al admitir que "con seguridad" habrá cometido "muchos errores" durante todos estos años en la primera línea de la política, pero les restó importancia al presumir de haber dado siempre "la cara por el PP" porque era lo que le "correspondía" como secretario general.
Acebes tuvo tiempo para acordarse de Loyola de Palacio, Gabriel Cisneros y Rogelio Baón, tres destacados dirigentes populares fallecidos a lo largo de la pasada legislatura.
Sus últimas palabras como secretario general del PP fueron para agradecer la "paciencia y generosidad" que su familia siempre ha tenido con su trabajo. Delante de la cúpula del partido y de todos los compromisarios, con su mujer Ana y y sus dos hijos llorando, aseguró que nunca les podrá "compensar" el sacrificio que han hecho por él.
Al terminar, Acebes se fundió en un abrazo con Mariano Rajoy y con José María Aznar mientras dirigentes como Ana Pastor, Esperanza Aguirre y Ana Mato lloraban sin reparos en sus asientos.
(SERVIMEDIA)
20 Jun 2008
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