González sale así reforzado tras el intento de asalto del grupo constructor Sacyr-Vallerhermoso al consejo de BBVA y después de las actuaciones de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y de la Fiscalía Anticorrupción en relación con la operación de venta de la sociedad bursátil FG Valores a Merrill Lynch en 1996.

Así se desprende del resultado de la Junta General de Accionistas de la entidad, que se celebró hoy en Bilbao con la asistencia y representación de un 56,24% del capital social del Grupo, frente al 50,27% de "quorum" logrado en la Junta de 2004.

Además de Francisco González como consejero y presidente, los accionistas aprobaron la reelección del consejero representante de Telefónica, Angel Vila, y del independiente y responsable de la comisión de nombramiento y retribuciones, Ignacio Ferrero.

Por otra parte, la Junta dio su visto bueno a una ampliación de capital de 50.000 millones de euros con el objeto de emitir valores de renta fija que, en ningún caso, podrán canjearse por acciones; y se autorizó al Consejo a comprar acciones propias directamente o a través de sociedades del grupo.

Además, se decidió mantener a la compañía Deloitte como auditora del Grupo, a pesar de que atraviesa una situación difícil con motivo del incendio que destruyó la torre "Windsor" de Madrid, en la que tenía sus oficinas.

SUEÑO DE VERANO

Justo antes de finalizar la Junta, González lanzó una diatriba sobre la fortaleza del banco y la falta de capacidad de ninguna compañía para hacerse con el BBVA, y cifró en 60.000 millones de euros el desembolso que debería realizar cualquier empresa para intentar adquirir el banco.

Y aún con ese desembolso, continúo González, la entidad que intente comprar el banco se "debilitará" y verá penalizado el valor de su acción, ya que el mercado descontará la aventura en la cotización de sus títulos, por ser muy arriesgada en términos de volumen de desembolso necesario.

Por todo, trasmitió a los accionistas su "más absoluta tranquilidad" porque "no hay proyecto ni dinero suficiente para hacerse con este banco".

En este sentido, calificó de "sueño de verano" el intento de Sacyr de entrar en el Consejo de BBVA e hizo una defensa de sus consejeros.

Además, reiteró que no es necesario que exista un nucleo duro de accionistas para asegurar la fortaleza del banco y rechazó que el máximo órgano de gestión tenga que acumular un elevado porcentaje del capital del banco para garantizar la correcta labor de sus miembros.

En referencia a estas cuestiones, varios accionistas que intervinieron en el turno de preguntas felicitaron al presidente por "no haber tirado la toalla" ante el "acoso" que, a su juicio, ha sufrido la entidad y cerraron filas en torno a Francisco González.