Según una nota de prensa difundida hoy, la citada ONG ha tomado esta decisión tres semanas después del ataque que se produjo el pasado 31 de diciembre contra el vehículo de Acción contra el Hambre, en el que murió una cooperante, Agnès Dury, y otra resultó herida de gravedad.

Tras el asesinato, un equipo desplazado desde la sede de ACH en París llevó a cabo un detallado análisis del contexto para medir los riesgos que podía entrañar continuar la presencia en Burundi.

En consecuencia, dado que ACH no puede garantizar la seguridad de su personal en el contexto actual, se ha cerrado la misión que esta ONG tenía en Burundi, una decisión que ha sido "sumamente difícil" porque las necesidades humanitarias en la zona siguen siendo "enormes".

Los programas de tratamiento de la desnutrición severa de ACH se han integrado en las estructuras de salud pública, en un proceso que culminará en los próximos días y que se ha llevado a cabo "para no poner en peligro la vida de sus beneficiarios".

Sin embargo, las actividades de ACH en el ámbito psicosocial (vinculadas a la realidad del VIH/SIDA), del agua y de la seguridad alimentaria han tenido que ser definitivamente suspendidas.

ACH sigue "profundamente consternada" por el crimen del pasado 31 de diciembre, por lo que será "sumamente exigente" en los procesos judiciales destinados a arrojar luz sobre los hechos.