Desde el pasado 8 de octubre, Acción contra el Hambre ha brindado respuesta humanitaria de emergencia en 160 áreas de El Líbano, incluidas zonas fronterizas y refugios para desplazados.

Ha distribuido ayuda en efectivo, mantas, colchones, comidas calientes, artículos de higiene y saneamiento, kits para bebés y personas mayores, y brindando apoyo nutricional.

Su personal en el sur del Líbano está "muy preocupado por el aumento de la violencia", aseguró.

"Ya estamos viendo miles de heridos, muchos afectados por la escasez de alimentos y agua y campesinos que han perdido toda su cosecha por el uso de fósforo blanco en sus campos", agregó la ONG.

Sin embargo, cesará sus actividades en el sur del Líbano de forma temporal, decisión que justificó por el aumento de la violencia en la zona. "El devastador ataque aéreo en los suburbios del sur de Beirut esta semana" es solo un ejemplo de "esta escalada, que está cobrando miles de vidas", recalcó.

Por todo ello, instó a todas las partes a "respetar el derecho humanitario internacional y a garantizar la protección de los civiles y el trabajo de las organizaciones humanitarias".

La organización también llamó la atención sobre los efectos de la guerra de Gaza en todo el Líbano, donde el desplazamiento interno aumentó un 1.500%. De los casi 99.000 desplazados por el conflicto, unos 30.000 son niños y niñas, según Unicef.

"La destrucción de infraestructura civil esencial, como carreteras, telecomunicaciones, centros sanitarios, educativos o de suministro eléctrico y de agua tiene implicaciones muy graves sobre la vida de las personas", prosiguió, y "puede constituir un acto contra el derecho humanitario internacional".

En este sentido, denunció que el daño en 13 instalaciones de suministro de agua en el sur del Líbano hace que aumente el riesgo de que más de 200.000 personas se queden sin acceso a agua potable y sufran enfermedades transmitidas por el agua.