De ese importe, 78.442 millones de pesetas correspondieron al pago de pensiones de invalideces resultantes de los siniestros laborales sufridos por los trabajadores, 11.180 millones más que en el ejercicio precedente.

El resto se repartió entre las pensiones de viudedad como consecuencia de la muerte del trabajador accidentado (37.110 millones de pesetas); las pensiones de orfandad, de las que se benefician los menores de 18 aos y mayores incapacitados (7.393 millones); y las otorgadas en favor de familiares próximos (1.914 millones).

El aumento registrado en 1990 en los pagos por accidentes laborales es uno de los más altos de los últimos años y duplica la cifra de 1983, primer año de Gobierno socialista, cuando se situaba en 58.325 millones de pesetas.

Desde entonces, su evolución fue la siguiente: 67.783 millones de pesetas en 1984, 73.259 millones en 1985, 81.572 millones en 1986, 88.279 millones en 1987, 98.034 mllones en 1988, 108.288 millones en 1989, y 124.859 millones en 1990.

211.533 BENEFICIARIOS

A finales del 90, había en España 211.533 personas que cobraban alguna de las pensiones a las que dan derecho los accidentes de trabajo invalidantes o mortales, un número superior en 3.187 al del año anterior.

La cuantía media de la pensión es de 45.167 pesetas (unas 5.500 más que a finales del 89). La de invalidez es de 51.170 pesetas y tienen derecho a ella 118.296 pensionistas, la de viudedad es de 37799 pesetas y hay 74.462 beneficiarios, las de orfandad son de 35.348 pesetas para 15.509 titulares, y las otorgadas en favor de familiares son 42.335 pesetas y cuentan con 3.266 beneficiarios.

A lo largo del 90, el número de pensiones en favor de familiares y de orfandad disminuyó un 5,5 y un 1,82 por ciento respectivamente, mientras que las de invalidez y viudedad aumentaron un 2,2 y un 1,8 por cien.

La siniestralidad laboral ha aumentado sensiblemente en España durante los últimos años. Según atos del Ministerio de Trabajo, en 1990 se produjeron 1.199.459 accidentes, de los que 13.650 fueron graves y 1.425 mortales.

Estos últimos llegaron a 1.974 si también se contabilizan los accidentes "in itinere", ocurridos al ir o volver del trabajo, que también tienen la consideración de siniestros laborales a efectos de la Seguridad Social.