EL ACCIDENTE DEL ACELERADOR DEL CLINICO DE ZARAGOZA TUVO SU ORIGEN EN UNA MALA REPARACION DE LA MAQUINA

ZARAGOZA
SERVIMEDIA

Según declaró esta mañana Rosa Vilarroel, subdirectora de instalaciones radioactivas en centros médicos del Consejo de Seguridad Nuclear, el accidente del acelerador del Clínico de Zaragoza tuvo su origen en una mala reparación de la máquina, pero los servicios del hospital debían haber investigado por qué la aguja del galvanómetro estaba fija en la máxima potencia y haber hecho una dosimetría sin fiarse de la indicación del técnico de General Electric.

Rosa Villarroel participó en la auditoría que el Consejo de Seguridad Nuclear realzó al Hospital Clínico y que ha sido clave para la instrucción del sumario de este juicio.

Enrique Trebollé, abogado de las dos físicas del Hospital Clínico acusadas en el caso, considera que el Consejo de Seguridad Nuclear es parte interesada y que como tal está declarando su perito, "hay unas inspecciones que se hacen anualmente y se sabe perfectamente que las calibraciones se hacen mensuales, y el Consejo no da ningún paso para poner en conocimiento del Hospital Clínico que esas calibraciones se haan de otra forma".

En el informe del Consejo de Seguridad Nuclear emitido sobre el accidente del Clínico, se detectó que el hospital había incumplido cinco puntos de la normativa nuclear.

Concretamente, no se realizaban dosimetrías diarias, el acelerador lo manejaba personal sin licencia del Consejo, no se cumplimentaba el libro diario de operaciones por un supervisor y no se comunicó la avería en su momento.

(SERVIMEDIA)
09 Feb 1993
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