La institución que preside Ignacio Salas difundió anoche un comunicado en el que niega ser la culpable de los fallos, tal y como le imputó TVE en una nota de prensa hecha pública horas antes.

Mientras la cadena pública sostiene que los errores de sonido o los desconciertos que pudieron verse en el escenario y en el patio de butacas fueron debidos a que la academia no permitió un ensayo general, la ATV argumenta que se limitó a seguir el contrato firmado con el ente público y a poner a disposición "del productor designado por TVE" el material, la dotación presupuestaria y el recinto previstos para la gala.

La ATV emplazó a la dirección del ente a "revisar la lista de rótulos del equipo técnico" y "a preguntarse por qué una emisión que concluyó una hora y media después de la grabación no fue detenida para reconducir su desarrollo y solventar los fallos técnicos.

También le invita a que investigue "si el comportamiento del productor encargado de la ceremonia estuvo más cerca de un disparatado sabotaje que de la negligencia".

La ATV recuerda que es una entidad sin ánimo de lucro, que sólo tiene en plantilla cuatro empleados y que sus recursos no le permiten recurrir a servicios externos para realizar una gala como la de sus premios y por eso recurrió a TVE.