Tras el estudio realizado entre los pacientes de un hospital, el equipo de la doctora Ann Coker pudo comprobar que aunque las víctimas de abusos físicos sufren lesiones más directas (como fracturas de huesos, artritis, pérdida de oído y vista, etc.), las víctimas de abusos psicológicos también pueden presentar un estado de salud igualmente deteriorado.

Generalmente, las víctimas de abusos psicológicos sufren dolores crónicos, úlceras estomacales, espasmos de colon, infeciones en el tracto urinario y migrañas. Los autores del estudio definen el abuso mental como la violencia que provoca a la víctima un sentimiento constante de peligro y de pérdida de control de su propia persona.