Esta organización busca desde 1977, para restituirles su verdadera identidad, a los más de 500 niños apropiados por la dictadura militar que vivió Argentina entre 1976-1983.

Los niños fueron robados como "botín de guerra" e inscritos como hijos propios por los miembros de las fuerzas armadas, o bien dejados en cualquier lugar, vendidos o abandonados en institutos como personas sin nombre, y así, les hicieron desaparecer anulando su identidad, privándoles de vivir con su legítima familia, así como impidiendo ejercer sus derechos y su libertad.

Desde su fundación, las Abuelas han localizado a 82 niños robados, nueve de los cuales habían sido asesinados. Los restantes han recuperado su identidad y se encuentran al menos, en contacto frecuente con su familia.

Las Abuelas de Plaza de Mayo son reconocidas como un ejemplo de lucha incansable por la justicia y la memoria, contribuyendo a la paz y a la concordia entre los hombres.