La mujer acusada de estafa ofreció al taxista unos cpones de la ONCE, que aseguraba estaban premiados con 5 millones de pesetas, a cambio de menos dinero para evitar tener que ir a cobrarlos.

En la conversación se introdujo una tercera persona que animó al taxista a realizar el cambio. El timado, tras comprobar en una lista que los cupones estaban premiados, acordó con la tercera persona retirar 350.000 pesetas del banco a cambio de los 5 millones.

Una vez que los estafadores desaparecieron, el taxista comprobó que los cupones eran antiguos y sin ingún valor, por lo que denunció el hecho ante los tribunales, que ahora han fallado en su contra por considerar que el engaño no está suficientemente demostrado.

El juez señala en su sentencia que el estafado "cometió un error estúpido" y que "no observó el mínimo de prudencia y recelo exigible a cualquier ciudadano", por lo que no considera legítimo el derecho del taxista a recuperar su dinero.