Heather Pratten, una británica de 63 años, asfixió a su hijo Nigel, de 42 años, con una almohada mientras éste yacía en coma en un hospital por los efectos de una dosis letal de heroína con la que pretendió quitarse la vida, según informa "The Times". El fallecido padecía desde hacía años la enfermedad de Huntington, un al que debilita el organismo de forma gradual.

El juez de la localidad de Old Bailey ha dictaminado que la acusada había sufrido "lo suficiente" durante su vida, no sólo por los estragos de la enfermedad en este hijo, sino por haber visto fallecer a su marido del mismo mal y tener otro descendiente afectado por una variante menos virulenta de esta enfermedad degenerativa.