Consiste en el punto más alto desde el que se puede apreciar la ciudad, con acceso a través de un ascensor de vidrio que hace el recorrido en dos minutos y medio. El mirador, totalmente rodeado de cristaleras, posibilita una visión de 360 grados a 115 metros de altura desde el suelo.

La vista barca 70 kilómetros de distancia y, en días muy claros, es posible alcanzar una panorámica de las Islas Baleares, según explicó la directora comercial del Tibidabo, Verònica Sagnià.

La capacidad de la instalación es de un centenar de personas a la vez, y permanecerá abierta todos los días del año, de 11 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Durante los meses de verano, prolongarán el horario hasta la 1 de la madrugada.

El director del Parque de atracciones Tibidabo, Alejandro Torrado, habló del mrador de Collserola como una novedad más para la ciudad "en estos momentos en que la gente está muy deprimida". Según dijo, "la visita es técnicamente muy interesante porque aporta muchas innovaciones".

El nuevo mirador de la ciudad, gestionado por Tibidabo, cuenta con un servicio de transporte gratuito para acceder a sus inmediaciones desde el parque y la estación superior del funicular con el párquing y la torre de Collserola.

Además, en la base de la torre, a 20 metros de profundidad de la monaña, está instalada una recepción con cafetería y una tienda de recuerdos.

La torre de comunicaciones de Collserola, diseñada por el arquitecto norteamericano Norman Foster, consta de trece plantas y se comenzó a construir en marzo de 1990.

Su inauguración, en junio de 1992, coincidió con la celebración de los Juegos Olímpicos. Desde ella, pudieron transmitir todos los canales de televisión desplazados a la ciudad con motivo del acontecimiento.