Aunque el prelado aseura comprender que existen "casos lastimosos" como jóvenes engañadas, violadas, o esposas cargadas de hijos y con maridos inhumanos, recuerda que "el sufrimiento no puede aliviarse recurriendo al delito" y que "nunca debemos cometer el mal para reparar una culpa".

Para monseñor García Gasco, la nueva ley del aborto que prepara el Gobierno lo único que hace es agravar la situación, "ofreciendo el medio más brutal y expeditivo para librarse de las cargas de la maternidad y favorecer la licencia de las cstumbres.

En opinión de monseñor García Gasco, el gran logro alcanzado con la Declaración Universal de los Derechos Humanos "queda empañado" cuando se promueven leyes que enturbian el primer derecho fundamental, el derecho a la vida.

"Nadie tiene derecho a disponer de la vida de otro ser humano, aunque su tamaño sea microscópico", recalcó. Por eso, "la madre no puede decidir, amparándose en el derecho sobre la vida de su hijo que se encuentra aún en su seno. Y si su embarazo no fue deseado, lo únco que puede hacer en buena lógica es, al menos, admitirlo", concluyó.