Aunque Martínez Camino reconoció que cada parlamentario debe actuar como le dicte su conciencia, añadió que los católicos deberán tener en cuenta la postura oficial de la Iglesia cuando vayan a emitir su sufragio.

Cada parlamentario", dijo, "debe responder a la voz de su conciencia. Ahora bien, en un caso en el que una determinada legislación contraviene abiertamente los principios de la moral en materia muy grave y en el que la postura oficial de la Iglesia es que el aborto es un crimen, los católicos que tienen que tomar decisiones en este asunto deberán tener en cuenta esta posición objetiva y ver cómo son capaces de hacerla compatible con su responsabilidad personal".

El director del Secretariado de la Comiión para la Doctrina de la Fe de la Conferencia Episcopal insistió en que el aborto atenta contra el derecho a la vida y añadió que "matar a un ser humano inocente e indefenso es algo que nunca es moralmente aceptable".