La mediación familiar tiene por objeto permitir a los cónyuges o ex cónyuges la continuidad en el ejercicio de sus responsabilidades como padres en un clima de cooperación y respeto mutuo.

Para ese fin, las parejas aceptan la intervención confidencial de un tercero, neutral y cualificado, llamado mediador familiar. Su papel consiste en posibilitar que se alcancen acuerdos en cualquier momento del procso de separación.

La iniciativa se pondrá en marcha de forma experimental durante el primer semestre de 1998. En ese periodo se evaluará el funcionamiento del centro para analizar la posibilidad de implantarlo definitivamente como uno más de los servicios que presta el IAM.

Se prestará especial atención a las consecuencias que estos procesos de separación pueden tener en menores, en personas en situación discriminatoria u otras que por diversas circunstancias de ámbito familiar, económico o persoal requieren atención.

El centro estará atendido por una psicóloga, que contará con el apoyo de los medios técnicos y humanos del Instituto Aragonés de la Mujer.

El centro, ubicado en la sede del instituto, pretende atender la necesidad detectada en las consultas del IAM, especialmente en la asesoría jurídica y en la psicológica y asistencial, en relación con las consecuencias que se derivan de los procesos de separación y divorcio.