La iniciativa, que fue secundada por la mayoría de los adultos de las diez familias que desde el pasado mes de agosto residen en dicho centro, fue depuesta tras la reunión que mantuvieron los refugiados y la dirección del centro de acogida.

No todos los intrnos se sumaron a la huelga, que a pesar de haber sido denominada de hambre, consistió en no comer en el centro. Los huelguistas compraron comida en las tiendas de alrededor con el dinero que mensualmente les asigna la Comisión Española de Ayuda al Refugiado.

Los bosnios reclamaban una mayor variedad de los menús que les ofrecían, más cantidad de leche para los dieciocho menores, así como antención médica y social.

Los empleados del centro, que declararon haberse sentido "molestos" por la actitudde los bosnios, aseguran que el menú "es variado y no se les impide que coman cuanto quieran".

Alguno de los huelguistas comenzó ayer a realizar una actividad habitual, normalizándose la situación a última hora del día.