Convocados por UGT y CCOO, los asistentes se concentraron bajo el lema ‘Salario o conflicto’, y reclamaron negociar un acuerdo amplio con la patronal que englobe a todas las empresas instaladoras de telefonía, para, posteriormente, incluirlo en el convenio estatal del metal, según informó UGT en un comunicado.

Los sindicatos mayoritarios se quejan de que el colectivo de instaladores de telefonía "ha sufrido una enorme pérdida de empleo en los últimos años, cifrada en miles de puestos de trabajo", debido a la llegada de las nuevas tecnologías y a las condiciones de “esclavitud” que imponen estas empresas a través de la "modificación sustancial de condiciones de trabajo, además de continuar subcontratando parte de estos trabajos en detrimento de los recursos propios".

En la actualidad, las empresas instaladoras dan servicio a todas las operadoras de telefonía. UGT asegura que a pesar de que el sector se movilizó en 2015 y consiguió un acuerdo para algunas empresas y para Movistar, introduciendo unas condiciones reguladas, algunas de estas empresas están dejando de cumplir los acuerdos alcanzados, y paralelamente, otras empresas, nuevas en el sector, se mantienen fuera del acuerdo y están contribuyendo a precarizar aún más las condiciones laborales de los trabajadores.